La construcció històrica dels paisatges de regadiu a les Illes Balears. Auge, decadència i implicacions ambientals

Resumen

Los cambios en materia económica y territorial sucedidos en las islas Baleares con la llegada del turismo de masas en la década de 1960 han provocado una pérdida de la superficie agraria a favor de un aumento de las masas forestales y del suelo urbanizado. No obstante, en contra de lo que se podría pensar, este nuevo modelo económico ligado al turismo no se tradujo en un abandono de la actividad agraria en su conjunto. La agricultura de regadío experimentó una fase de gran expansión a medida que se instauraba un modelo de economía urbana que se encargaba de poner fin a las estructuras sociales y económicas de fuerte tradición agraria, mantenidas durante siglos. Los paisajes de regadío configurados en la segunda mitad del siglo XX adquirieron una morfología bastante alejada a la de los paisajes agrícolas de secano que no podían evitar ser dañados por la desagrarización causada por la competencia con otros usos y la pérdida de renta agraria asociada al encarecimiento de los costes de producción. En ningún caso, el regadío fue un sistema de aprovechamiento agrícola nuevo en las islas, 7 sino que su origen se remonta a tiempos muy antiguos, siendo numerosas las muestras de patrimonio hidráulico que evidencian el origen medieval de este aprovechamiento en el archipiélago. La indagación en fuentes múltiples sobre regadío en las islas ha permitido elaborar un trabajo que resalta por ofrecer un recorrido histórico a través de sus paisajes y que culminan en la elaboración de una cartografía que invita a analizar los cambios en materia de distribución espacial de los paisajes irrigados. La estructura de la propiedad de la tierra, los avances en sistemas hidráulicos y un crecimiento de la población se han combinado de la manera idónea para hacer crecer las superficies de regadío en un momento en que la superficie total agrícola se reducía. No obstante, desde la década de 1990, la superficie de regadío ha venido reduciéndose debido a la apertura del mercado de productos agrícolas a otros países y a las exigencias de la política agraria europea de reducir la producción en determinados sectores que para el caso de las islas mantenían un estrecho vínculo con el regadío. Con las expresiones auge y decadencia se da por completada la aproximación a la evolución de los espacios de regadío en las islas, una evolución segmentada en distintas etapas que puede ser objeto de estudio científico por medio de la observación de las transformaciones sobre el paisaje que se aparejan a los múltiples sistemas hidráulicos.