Propiedad y poder en Murciael patrimonio como agente del cambio social en la transición del antiguo régimen a la sociedad de los individuos

  1. Blazquez Garcia, Juan
Dirigida por:
  1. Antonio Irigoyen López Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 15 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Juan Hernández Franco Presidente/a
  2. Juan Ignacio Pulido Serrano Secretario/a
  3. Juan Manuel Bartolomé Bartolomé Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN La humanidad comenzó a civilizarse cuando domesticó su entorno, lo que implicaba establecerse y poseer, tener conciencia de propiedad. La tierra, principal fuente de subsistencia y riqueza durante centurias, ha sido objeto de ambición y origen de conflictos, su control implicaba el poder sobre los demás. En occidente y desde la época tardoromana se inicia un proceso cuyas relaciones se establecen en base a la propiedad dando lugar a una sociedad estamental que perdurará con el nombre de Antiguo Régimen y comenzará a descomponerse de manera definitiva a finales del siglo XVIII. Realeza, nobleza e iglesia representaban las clases dominantes, poseían la propiedad y, el mutuo apoyo, servía para sostener este sistema. Al final del proceso citado, la Iglesia perdía poder político, ello repercutió en su base patrimonial, las nuevas estructuras económica, la compleja administración moderna hizo necesario recurrir a él para hacer frente a los gastos de una Hacienda a la que solo contribuía una pequeña parte de la población, por ende la más humilde. La consolidación de una nueva en la que se adquiere conciencia de la individualidad y resurgirá el ciudadano, muy activo en el mundo de los negocios y en la generación de capitales, que exigirá más protagonismo y un mayor poder de decisión. La negativa de los poderes tradicionales a aceptar a esta nueva pieza en el complejo tablero del poder concluyó en procesos revolucionarios que cambiarían para siempre las bases de la sociedad occidental y, en el que la transmisión de la propiedad significaría la transmisión de poder. El acceso y reparto de la misma, así como el saneamiento de las cuentas públicas convirtieron el patrimonio de la Iglesia en un claro objeto de deseo, que el resto de cuerpos estamentales no pudo o no quiso defender. En España y por extensión en Murcia este proceso de reproduce y, siendo el clero regular el gran propietario eclesiástico, contra él se desarrollara toda una labor legislativa destinada a expropiar el patrimonio en los procesos conocidos como Desamortizaciones. En una sociedad en la que el origen familiar queda en segundo lugar para dar paso al dinero como elemento clasificador, y cuya base económica continúa siendo la tierra, su posesión será uno de los elementos fundamentales en la legitimación del poder. Tras el clero regular vendría el secular, más tarde los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes al Estado, a los pueblos, al clero y a los establecimientos y corporaciones de beneficencia e instrucción pública¿, una vez consumado el trasvase patrimonial, las nuevas élites dueñas de su destino, querrán evitar cambios en el status quo y pactará con una Iglesia, por entonces muy cercenada, para que se ocupe de encuadrar a esta nueva sociedad en unos valores que resultan adecuados a sus intereses y lo harán sobre todo a través de la educación. Por su parte la Iglesia verá recompensado su trabajo al poder desarrollar su acción evangelizadora, y recibir apoyo económico y patrimonial para desarrollar su labor. Al final el círculo se cierra. Todo cambió para permanecer igual. Nuestro trabajo consistirá en comprobar el desarrollo de este proceso en Murcia a través del análisis de un caso concreto; utilizando como metodología la Historia Social, Historia de la Familia e Historia Económica.