Las comunicaciones indígenas en Costa Rica

  1. Óscar Fernández Álvarez
Libro:
Iberoamérica Horizonte Tercer Milenio: Inmigrantes latinoamericanos en Europa
  1. Tomás Calvo Buezas (dir.)

Editorial: CEMIRA Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo

Año de publicación: 2001

Congreso: Encuentro de Latinoamericanistas Españoles (7. 1999. Cáceres)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Costa Rica es el país centroamericano que ha llegado a ser socialmente más homogéneo. Relativamente centralizado en lo administrativo, sus programas de bienes social, salud, educación desarrollo económico y propaganda política, suelen alcanzar los lugares más aislados. Desde los cambios "revolucionarios" de 1948, Costa Rica ha experimentado un proceso de cambio social sin precedentes en Centroamérica. Este proceso debe ser tenido en cuenta para entender la dinámica de cualquier aspecto social del país. Uno de los más importantes, es que Costa Rica ha conseguido demostrar que la naturaleza y el progreso, no son incompatibles. Otro de estos aspectos, es el que nosotros mostramos aquí, el de la realidad de las comunidades indígenas del país. En una división racista que afecta a cada aspecto de la vida social, tal como señala Carmack (1994: 185) para las zonas rurales de Buenos Aires, se distinguen los "Blancos", como se llama a los mestizos que forman la mayoría de la población del cantón, que ven a los indígenas como un solo grupo, a pesar de la división de éstos en seis reservas separadas. En la idea de los blancos, los llamados "indios", son inferiores, una condición que correlacionan con su piel morena. Creen que en general los indígenas son perezosos, atrasados, borrachos, resentidos, promiscuos, incestuosos, reservados y pérfidos. Los blancos reconocen que los indígenas habitaron el área antes que ellos, pero creen que la marginación de aquellos se debe a su incapacidad por explotar los abundantes recursos de la tierra. Además, consideran que los indígenas constituyen un fuerte impedimento para el desarrollo. Por su parte, los indígenas ven a los blancos como política y económicamente superiores, pero inferiores en el aspecto moral. Los consideran crueles, explotadores, ladrones violadores, injustos y en particular, mezquinos. No encuentran entre los blancos una oportunidad de compartir las riquezas y oportunidades del área. Si embargo muchos indígenas desean un acuerdo para conseguir el respeto entre los dos grupos, actitud no siempre compartida por los blancos. En este contexto, muchos indígenas han asimilado el desprecio hacia su cultura expresado por los blancos, y se buscan diferentes formas de escapar de su bajo estatus, lo que provoca una pérdida de valores culturales propios. La situación es que las reservas indígenas están habitadas por indígenas y no indígenas. Para el caso de Salitre, en el cantón de Buenos Aires, Puntarenas, que nos muestra Romagosa (1994), la mayoría de la población es todavía de extracción indígena. De este sector, no todos los individuos que los foráneos podríamos reconocer como indígenas, se perciben ellos mismos como tales. Muchos han optado por asimilar los patrones de vida de sus vecinos blancos. Con esta visión apoyan las propuestas de desarrollo presentadas por los blancos en la organización que gobierna la comunidad, la ADI (Asociación de Desarrollo Integral) de Salitre. En oposición a estos, otros indígenas, los llamados tradicionales, se han organizado para crear alternativas políticas y legales para que sus programas de desarrollo sean respaldados, en dos organizaciones, las Asociación o consejo de Awapa, y el Sindicato de Trabajadores Agrícolas y Ganaderos de Salitre (SITAGS). Esta estructura organizativa tradicional se basa en las costumbres y creencias ancestrales que todavía se conocen y practican, y que son expresadas verbalmente a través del bribri, el idioma nativo. Y a pesar de las divisiones en el interior de la etnia, los bribris se esfuerzan por buscar mecanismos que favorezcan la unidad y cohesión social del grupo, que permitan mantener unas relaciones sociales estables. En este sentido, la labor de los Awapas por buscar la unidad indígena y buscar soluciones a los continuos problemas que padecen ha sido sobresaliente, considerando la escasez de recursos que poseen y los continuos enfrentamientos políticos que mantienen con los blancos.