Muelas y molinossalud dentomaxilar en el norte de la península ibérica (siglos IX-XIX)

  1. González-Garrido, Laura
Dirigida por:
  1. Antonio José Molina de la Torre Tutor
  2. Luis Caro Dobón Director/a
  3. Sofia N. Wasterlain Director/a

Universidad de defensa: Universidad de León

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2023

Tribunal:
  1. Ana Maria Silva Presidente/a
  2. Belén López Martínez Secretario/a
  3. Leandro Hernán Luna Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Las características morfológicas de los dientes y de los tejidos que los forman los hacen extraordinariamente resistentes al paso del tiempo, convirtiéndolos en una de las fuentes de información más valiosas para el conocimiento de las poblaciones del pasado. La finalidad de este estudio es proporcionar una alternativa en el enfoque sobre las similitudes y diferencias de las sociedades del medio urbano y rural a través del análisis de los indicadores salud dental y osteológica, así como mejorar la comprensión de la anatomía y la patología dentoalveolar y maxilofacial en poblaciones humanas del pasado. En este contexto, se exploró la configuración social de las áreas urbanas y rurales, enfatizando en comprender la construcción social de la ciudad y destacando las diferencias con el mundo rural más alejado, la montaña. Se empezó por crear un marco histórico del medio ambiente de las necrópolis analizadas, con el objetivo de contextualizar, en una imagen resumida, el pasado histórico del norte de la península ibérica correspondiente al extenso período entre los siglos IX y comienzos del XIX. Se han analizado un total de 532 individuos adultos procedentes de seis poblaciones de la vertiente sur de la cordillera Cantábrica que abarcan tres provincias del norte de la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León. Los individuos estudiados proceden de dos cementerios de la ciudad de León: la iglesia de San Salvador de Palat de Rey (n= 201; ss. XIII-XIX) y de la Plaza del Grano (n= 31; ss. XII-XVIII), y de cuatro núcleos rurales de zona de montaña: la necrópolis de Barrejo (n= 24; ss. XII-XIII; Cordiñanes de Valdeón, León), la iglesia de San Juan Bautista (n= 237; ss. XVI-XIX; Guardo, Palencia), la necrópolis de San Roque (n= 19; ss. IX-XII; Renedo de la Inera, Palencia) y, la iglesia de San Cosme y San Damián (n= 11; ss. XII-XIX; Encío, Burgos). El análisis antropológico consistió en elaborar un perfil biológico y realizar un estudio paleopatológico de la zona dentoalveolar y maxilofacial. Los individuos inhumados de sexo masculino constituyeron el 58,7% (312/532) y de sexo femenino el 41,3% (220/532) del total de los individuos. La muestra fue dividida en medio urbano (45,5%; 241/532) y en medio rural de montaña (54,5%; 291/532), dividiéndose también por cronologías en época medieval (21,1%; 112/532) y post-medieval (78,9%; 420/532). Las patologías dentoalveolares analizadas fueron la caries, la inflamación periapical, la enfermedad periodontal y las pérdidas dentales antemortem y perimortem; así como las pérdidas dentales postmortem, las anomalías x dentarias y el desgaste dental. Las denticiones fueron examinadas mediante inspección visual y se realizaron radiografías o tomografías en algunos casos relevantes. Se analizaron un total de 17024 espacios dentales potenciales, de los cuales 9547 (56,1%) alveolos dentales pudieron ser evaluados. De este total, 2617 (27,4%) corresponden a los alveolos vacíos por pérdida del diente postmortem, y 3763 (39,4%) a alveolos con remodelación ósea por pérdida del diente antemortem. En total se contabilizaron 3167 (33,2% de los alveolos) dientes in situ completamente erupcionados, de los cuales, 282 (8,9%) tenían algún tipo de anomalía dentaria o no estaban completamente erupcionados, y 39 (1,2%) presentaron fracturas postmortem conservando sólo fragmentos de la raíz. Se han registrado anomalías dentarias que han afectado a los patrones de erupción, a la morfología dental, al número, al tamaño y al color de los dientes. Fueron 20 (0,6%) los dientes registrados con erupción anormal, correspondientes a 13 caninos, seis terceros molares y un incisivo lateral. Es el tercer molar (46,2%) el que mayor porcentaje de anomalías en la erupción ha presentado en este estudio, concretamente, el superior izquierdo (27,1%). También son los terceros molares los dientes con mayor número de agenesias en la muestra (41,5%). En cuanto a los caninos, han sido registrados 16 caninos maxilares y un mandibular con erupción anormal. Se ha encontrado una mayor proporción de agenesias en la época post-medieval respecto de la medieval. En las muestras, medieval y la urbana, es el sexo masculino el que tiene mayor frecuencia de agenesia dental. Se observó la persistencia de dientes deciduos en nueve individuos que, además, coinciden con impactaciones de los caninos maxilares y mandibulares. Se ha localizado un mesiodens en el ámbito rural. Un paramolar y tres incisivos laterales maxilares peg-shaped en el ámbito urbano. En la muestra se han registrado el 2,3% de los dientes con anomalías en la forma de la corona dental que se circunscriben a las poblaciones de Cordiñanes, Guardo y las dos ubicadas en León. En cuanto a la coloración dental se ha registrado un diente con coloración rosa en Palat de Rey. Cuatro individuos pertenecientes a la época moderna mostraron una lámina de un residuo negro en la cara lingual de los dientes [SJG-13(2), SJG-79, SJG-131(A), PRII-Ns-b-4N) posiblemente producido al consumir algún tipo de tabaco de mascar. En un individuo moderno (PR-5 Nn-a) los dientes presentaban una tinción grisácea-plateada, cuya concentración de mercurio (20,66±0,21 μg/g) y de arsénico (0,40±0,054 μg/g) resultaron ser muy elevadas, indicando un posible tratamiento médico combinado y sistemático de la sífilis. xi El desgaste dental fue generalizado con casos singulares que sugieren el uso de la boca como “tercera mano”, evidenciándose algunos patrones concretos. El grado 2 de desgaste dental oclusal de Smith (1984) (remoción moderada de cúspides con ligera exposición de dentina) se registró con mayor frecuencia en Renedo y Guardo; el grado 3 (eliminación completa de las cúspides y pequeña exposición de dentina) en la necrópolis de Cordiñanes y en la Plaza del Grano y, por último, el grado 4 (gran exposición de dentina en una o dos cúspides) se registró en Palat de Rey y en Encío. El medio urbano obtuvo un grado de desgaste oclusal moderado (Smith 3 y 4), muy similar al del ámbito rural. Todas las poblaciones presentaron mayor desgaste oclusal en el sexo masculino. Las mayores frecuencias de desgaste oclusal intenso se registraron en la época medieval, siendo el último período histórico ligado a un notable desgaste dental en todas las poblaciones estudiadas. El sexo masculino fue el que presento las frecuencias de chipping bucal/labial más elevadas en el global de la muestra, lo que puede relacionarse con el uso de los dientes para actividades no masticatorias o a la ingestión persistente de alimentos duros (avellanas, nueces, vegetales duros, carne seca, etc.). Los individuos de la Plaza del Grano revelaran una alta frecuencia de desgaste dental atípico en el sexo masculino. El patrón triple (chipping-LSAMAT-TGMOS) se registró en 24 dientes, de los cuales 20 pertenecen a individuos del sexo masculino y cuatro del femenino, sin diferencias relativas al medio o a la época. En el ámbito rural, ambos los sexos debían realizar una multitud de actividades para la manufactura de herramientas agroganaderas, artesanas o de uso cotidiano y familiar. En cambio, en el medio urbano, el hombre tenía oficios destinados al comercio y la mujer continuaría con las actividades cotidianas dentro del hogar. En ambos ambientes, el trabajo conllevaría el uso de los dientes como “tercera mano” en diferentes actividades (fabricación de tejidos, costura, zapatería, carpintería, etc.). Las variables antropológicas, tipo y localización del diente, sexo y grupo de edad influyeron en todas las patologías dentoalveolares estudiadas. El análisis del lugar de origen de las lesiones cariogénicas en las distintas superficies dentarias mostró que el mayor número de caries se encontraba en las superficies oclusales, seguido de las superficies de raíz, las áreas de contacto interproximal, siendo las superficies lisas las menos afectadas por la actividad cariogénica. El sexo femenino es el que poseyó mayores frecuencias de caries en todas las ubicaciones con la excepción de la caries interproximal, donde no hay diferencias entre las frecuencias de ambos sexos. La caries oclusal se xii presentaban con mayor frecuencia en el medio urbano, sin embargo, la caries interproximal y la caries en la superficie de la raíz tenían mayor predisposición en el medio rural. La caries de superficie lisa solamente mostró diferencias entre los medios, presentando una mayor frecuencia exclusivamente en medio rural para el sexo femenino. La caries oclusal, la caries de la superficie lisa y de la superficie de la raíz presentaran mayores frecuencias en la época post-medieval, y la caries interproximal en la época medieval. Por el contrario, es el sexo femenino en la época medieval el que poseyó mayores prevalencias en la caries de la superficie de la raíz. Las frecuencias de periodontitis en las áreas septales en las poblaciones estudiadas fueron todas mayores al 50%, con mayor presencia en medio urbano y época medieval. La gingivitis y la periodontitis moderada eran muy comunes, aunque compatibles con una buena función de la dentición hasta edades avanzadas. En todas las poblaciones, las áreas septales inter-molares e inter-premolares presentaron los septos más susceptibles a la ruptura periodontal, siendo los dientes masculinos los más afectados. El área menos propensa a la destrucción periodontal fue el área inter-incisal. La gingivitis se observó con mayor frecuencia en los grupos de edad más jóvenes. Ningún individuo tenía un periodonto completamente sano. Sólo una pequeña proporción de la población experimentó periodontitis grave que comprometió la supervivencia de los dientes. La periodontitis más destructiva ocurrió relativamente temprano y aumentó considerablemente con la edad, aun así, la periodontitis no sería la causa principal de la pérdida temprana de dientes. La mayoría de los individuos con inflamación periapical registró solamente quistes (o granulomas), que corresponden a lesiones relativamente benignas y asintomáticas. Solamente el 3,2% de los individuos presentaron abscesos y no fue detectado ningún caso de osteomielitis. La pérdida dental antemortem fue superior en el medio rural y en la época post-medieval, siendo los dientes femeninos los que se perdieron antemortem con mayor frecuencia. Estos resultados podrían reflejar la llegada de nuevos alimentos a partir del siglo XVI, así como el cambio de la elaboración de alimentos altamente fibrosos y abrasivos hacia alimentos más procesados y de consistencia más blanda y pegajosa. Estos alimentos, como la patata y el maíz, favorecen su adhesión en la cara oclusal y en la xiii superficie lisa de los dientes, especialmente de los dientes posteriores. En general, las altas tasas de caries dental observadas en las muestras de población de montaña durante la Edad Media indican que estas poblaciones debían consumir carbohidratos como los cereales y, posteriormente las patatas, el maíz y los nuevos azúcares. En la Edad Moderna, la población rural de la iglesia de San Juan Bautista de Guardo alcanzó las frecuencias más elevadas de caries por encima de las poblaciones urbanas. Sin embargo, fue la necrópolis de Barrejo la que mostro mayor periodontitis en ambos sexos. La alta prevalencia de la enfermedad periodontal en las poblaciones rurales medievales de Barrejo en Cordiñanes y San Cosme y San Damián en Encío podría estar relacionada con una dieta abrasiva insuficientes en vitaminas y rica en proteínas y lípidos de origen animal Un último factor que puede haber influido en las diferencias en la enfermedad dental entre las muestras del estudio es la higiene bucal.