Área del psoas como marcador surrogado de fragilidad y su capacidad predictiva de morbimortalidad tras la reparación quirúrgica de aneurisma de aorta abdominal

  1. Vázquez Pérez, Rocío
Zuzendaria:
  1. Rafael Fernández Samos Gutiérrez Zuzendaria
  2. Francisco Álvarez Marcos Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de León

Fecha de defensa: 2023(e)ko abendua-(a)k 01

Epaimahaia:
  1. Enrique Francisco González Tabares Presidentea
  2. Melina Vega de Ceniga Idazkaria
  3. Sebastián Fernández Alonso Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

El término aneurisma, deriva de la palaba griega aneurysma, una combinación de la raíz aná (ανα), que significa “por completo, por partes, hacia arriba”, y el término eury (ευρυς), que quiere decir “ancho”. El término aneurisma fue introducido en la práctica médica por Rufus de Efeso en el siglo I d. C. y la primera constancia en un documento en España data de 1493. Por lo tanto, un aneurisma se define como una dilatación arterial localizada y de carácter permanente. Los aneurismas arteriales se conocen desde la Antigüedad. La primera evidencia escrita de un aneurisma se encuentra en el “Libro de los corazones”, perteneciente al papiro de Ebers (1550 a. C.), en el que el autor identifica aneurismas arteriales, probablemente periféricos y recomienda el siguiente tratamiento: “Tratarlo con un cuchillo y quemarlo con fuego para que no sangre demasiado”.