Cataclasis relicta en los mármoles de alta presión del complejo de Samaná, Noreste de la República Dominicana

  1. I. Rodriguez 4
  2. F. J. Fernández 1
  3. J. Escuder-Viruete 2
  4. A. Pérez-Estaún 3
  1. 1 Universidad de Oviedo
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    Universidad de Oviedo

    Oviedo, España

    ROR https://ror.org/006gksa02

  2. 2 Instituto Geológico y Minero de España
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    Instituto Geológico y Minero de España

    Madrid, España

    ROR https://ror.org/04cadha73

  3. 3 Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera
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    Barcelona, España

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  4. 4 Universidad de León
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    Universidad de León

    León, España

    ROR https://ror.org/02tzt0b78

Revista:
Boletín geológico y minero

ISSN: 0366-0176

Año de publicación: 2017

Volumen: 128

Número: 3

Páginas: 569-586

Tipo: Artículo

DOI: 10.21701/BOLGEOMIN.128.3.003 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

Imágenes de catodoluminiscencia fría (CCL) han revelado microestructuras cataclásticas relictas en mármoles y calco-esquistos de las unidades de más alta presión del complejo de Samaná. El tamaño de grano de estas microestructuras presenta una distribución auto-similar de tipo potencial con una ruptura de pendiente en log (ri)=1.7. La fracción de mayor tamaño (1.7<log (ri)<2.4) presenta una dimensión fractal D2=2.43 en las microestructuras de calcita de las muestras de la unidad de Punta Balandra y D2=2.72 en la unidad de Santa Bárbara. Ambos valores están dentro de los valores habituales de las cataclasitas carbonatadas y tienen ajustes lineales de R2 =0.95 y 0.93 respectivamente. Sin embargo, la fracción de tamaño fino (0.9<log (ri)<1.7) se caracteriza por D1<1, por debajo del rango fractal de las distribuciones de tamaño de grano para las fábricas cataclásticas puras, aun presentando un mejor ajuste. Microestructuras como superficies de disolución, cantos interpenetrados y el mayor redondeamiento y menor irregularidad en los bordes de grano de la fracción fina indican que el creep de disolución-precipitación dominó tras la cataclasis. La reducción del tamaño de grano, la caída de los esfuerzos diferenciales tras el proceso cataclástico y la alta presión de fluidos, proporcionaron unas condiciones favorables para el creep de dissolución-precipitación. La transición del flujo cataclástico al creep de disolución-precipitación fue escalo-dependiente y homogeneizó la fracción de grano fina. Consecuentemente, la ruptura de pendiente entre D1 y D2 es interpretada como un registro en la distribución de tamaños de grano producido por un cambio en el mecanismo de deformación dominante.