El arte musical de José Hierro

  1. López Castro, Armando
Revista:
Cuadernos para investigación de la literatura hispánica

ISSN: 0210-0061 2660-647X

Año de publicación: 2005

Número: 30

Páginas: 281-310

Tipo: Artículo

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Resumen

El origen de lo poético está en el ritmo, asociado generalmente a una palabra que se repite, cuyo movimiento genera el poema y despierta su emoción. A lo largo de sus ensayos y entrevistas José Hierro (1922-2002) ha insistido en que el germen de un poema es siempre un ritmo, una música, sobre la que el poeta compone la letra de la vida. Desde el comienzo de su trayectoria poética, que él mismo resume en seis libros, Tierra sin nosotros (1947), Quinta del 42 (1953), Cuanto sé de mi (1957), Libro de las alucinaciones (1964), Agenda (1991) y Cuadernos de Nueva York (1998), Hierro canta, no la anécdota, sino el reflejo emocional de los hechos vividos, de modo que el tiempo, que es siempre un filtro del recuerdo, dota a sus poemas de un sustrato melancólico, propio del ser incompleto, que busca la transformación del mundo y del hombre. Si al acabar de leer un poema de Hierro lo que más recordamos es su arquitectura y musicalidad, es decir, la composición y melodía de la frase, es porque para el poeta santanderino, fuertemente apegado al ritmo como base de su poesía y atento siempre a las nuevas combinaciones métricas, la emoción es el resultado del efecto general del poema, no de unos versos aislados.