Promotores, arquitectos y talleres en el ocaso de la Edad Media

Resumen

En torno a 1440, los obispos y los canónigos legionenses manifestaron, a través de numerosos encargos, su interés por enfrentarse a los problemas arquitectónicos que surgieron en la catedral de Santa María de Regla como consecuencia del envejecimiento de un edificio construido en el siglo XIII y de la necesidad organizar nuevos espacios para nuevas funciones religiosas y administrativas. Respecto al primero de los problemas debe considerarse que el edificio catedralicio, desde las últimas décadas del siglo XIV, manifestaba alguno de los síntomas del deterioro de unas estructuras cimentadas en un terreno poco compactado y movido, resultado de la sucesión de distintos edificaciones, construidas con una sillería fácilmente oxidable y sometidas a los cambios del proyecto que originalmente se había trazado para el edificio gótico. El segundo de los problemas está en relación con la necesidad de crear espacios para nuevas necesidades litúrgicas, de gobierno, de administración y justicia en el ámbito eclesiástico, custodia y protección del tesoro y, finalmente, cuidado en la formación intelectual de los clérigos. Hacia la mitad del siglo XV no existían la sacristía, el oratorio y la librería, no estaba rematada la torre Sur y un capítulo errante se constituía por distintos lugares del ámbito catedralicio. Con el cierre de las bóvedas de la Librería Capitular, a principios del siglo XVI, pueda darse por terminada la construcción de la catedral gótica de León.