Secretarios, interventores y tesoreros de la Administración Local, elementos necesarios para una nueva regeneración

  1. Conti Fuster, Nicolau
Dirigida por:
  1. Avelino Blasco Esteve Director/a
  2. Joana Maria Socías Camacho Director/a

Universidad de defensa: Universitat de les Illes Balears

Fecha de defensa: 09 de julio de 2020

Tribunal:
  1. Tomás Quintana López Presidente
  2. Aina Salom Parets Secretario/a
  3. David Vicente Blanquer Criado Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

En esta tesis damos cuenta de los orígenes profesionales de los Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local española, analizando la aportación regeneradora de sus funciones a través de los doscientos años de su reciente historia. El examen detallado de estos antecedentes históricos es utilizado para comprender las razones que justificaron su aparición y las consecuencias que derivan de su posterior evolución hasta llegar al momento presente. En este tránsito se analizan los diferentes períodos que transcurren a partir de sus inicios en la icónica Constitución de Cádiz de 1812, en cuyo texto se recoge por primera y única vez en la historia del constitucionalismo español la figura de los Secretarios de Ayuntamiento y de las Diputaciones Provinciales, libremente elegidos por sus respectivas corporaciones pero carentes de la necesaria exigencia de preparación técnica. En el ámbito de la gestión económica son los denominados, por aquel entonces, Depositarios los encargados del manejo, la custodia y la recaudación de los fondos públicos de dichas corporaciones locales. El protagonismo de estos últimos será posteriormente limitado con la irrupción de los Contadores, luego llamados Interventores, a partir de la década de los años sesenta de ese siglo XIX. El fenómeno social del caciquismo y su maléfica influencia en la vida local española van a caracterizar el largo período de la Restauración (1875- 1923), sin que se lleguen a adoptar las medidas regeneradoras que proponían la mayoría de los proyectos legislativos frustrados que se fueron inútilmente sucediendo. Precisamente, muchos de ellos invocaban la importancia de las funciones asignadas a los protagonistas de nuestro estudio para poder erradicar esta penosa lacra. La situación va a variar de forma positiva en la Dictadura del General Primo de Rivera gracias a la gran labor de José Calvo Sotelo en la Dirección General de Administración. La aprobación del Estatuto municipal en 1924 y del Estatuto provincial un año más tarde, junto a toda la normativa reglamentaria de desarrollo, forjará el régimen local español hasta nuestros días. Además, y por lo que atañe al objeto de nuestro trabajo, supondrá la consolidación profesional de los Cuerpos de Secretarios, Interventores y Depositarios de la Administración Local, a los que se dotará del nivel de exigencia profesional y de la inamovilidad funcional que precisaban desde hacía mucho tiempo. Los períodos de la II República y de la larga etapa de la Dictadura del General Franco que siguen a continuación, pese a su clara diferenciación ideológica, representan un cierto continuismo del régimen jurídico diseñado con anterioridad. La advertencia de ilegalidad que tenían atribuida los Secretarios y los Interventores es un rasgo destacado de sus funciones durante el régimen franquista, al igual que el incremento de su preparación técnica a través de las enseñanzas que reciben en el Instituto de Estudios de Administración Local. La llegada de la Democracia tras la muerte del dictador en 1975 dará paso a una nueva etapa en la que nuestros protagonistas deberán acreditar su acomodación a los nuevos tiempos. Desaparecen los viejos Cuerpos Nacionales de Administración Local y en su lugar se instaura una moderna Escala de Funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional, heredera de sus cometidos básicos, pero sometida a una clara delimitación en las funciones que tienen reservadas. El estudio de la situación actual, en la que se examinan los principales problemas que acechan a este colectivo de la élite funcionarial local y se formulan oportunas propuestas de mejora, desemboca finalmente en la exposición de nuevos retos regeneracionistas para los mismos. La prevención de la lacra de la corrupción y el desafío de la implantación de las modernas tecnologías de la información y comunicación en nuestras entidades locales constituyen, sin lugar a dudas, estímulos importantes para lograr su supervivencia en el futuro más inmediato