El endecasílabo y su combinatoria (poesía 1961-1981) en extravagante jerarquía de Antonio Carvajal
- Pérez Venegas, Dionisio
- Carmen Martínez Romero Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 22 de enero de 2016
- Antonio Sánchez Trigueros Presidente/a
- Antonio Chicharro Chamorro Secretario/a
- Miguel Ángel Márquez Guerrero Vocal
- José Enrique Martínez Fernández Vocal
- Sara Pujol Russell Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Ante todo, debo señalar que el punto de partida de este trabajo es el ensayo que el profesor Domínguez Caparrós dedica a la versificación del poeta Antonio Carvajal en El corazón y el lúgano | Antología plural, volumen coordinado y prologado por el profesor Chicharro. Gracias a él entendimos que el poeta que conocimos como profesor, que nos había sorprendido por su amenidad expositiva y que con entusiasmo nos enseñó el análisis de la versificación y cómo se detecta y valora un recurso métrico al servicio de la poesía, era también autor de una obra que, en palabras de Caparrós, “probablemente sea el más amplio y original registro de recursos técnicos del verso en la poesía española actual”. El tema y los pasos a seguir para el desarrollo de nuestro trabajo estarían en la consideración de que la forma métrica es un estímulo para la creación, una ayuda en la consecución del éxito expresivo, y, conseguido éste, llegar a ser un modelo artístico. Así es como el esquema métrico se convierte en aspecto esencial e inseparable de la totalidad artística. Este creemos que es el lugar de la métrica en la poesía de Carvajal, y este ha sido el punto de partida para el detallado estudio que su técnica del verso necesita en función de su poética, de la que es inseparable. Por otra parte, según Mercado Ureña la constante endecasílaba en la poesía de Antonio Carvajal encierra una incógnita de difícil respuesta. Esta constante no es exclusiva de este poeta, como se puede comprobar con un breve análisis comparativo de la obra de sus coetáneos. Pero en Carvajal, las desviaciones hacia el alejandrino no suponen abandono de esa constante, pues sus series numéricas se mantienen en torno al siete y hacia el dos por reducción de 10 + 1= 1 + 0 + 1 = 2 como números pitagóricos y embastados en la razón mística como generadora de la lírica. Resolver en la medida de nuestras posibilidades la incógnita que Mercado plantea se nos manifestó claramente como objetivo final de nuestro trabajo que, a la vez, conllevaría cumplir un mandato del profesor Chicharro: “recoger el caudal de conocimientos que Carvajal derrocha y no aprovecha”. Pero este mandato supone que, mientras el poeta siga derrochando ideas y suministrando poemas, nuestro trabajo no puede darse por concluido. Para elaborar esta muestra hemos procedido a 1º: Esbozar la figura del poeta Antonio Carvajal como teórico, delineada y coloreada con los comentarios de sus críticos más relevantes. 2º: Elaborar un vocabulario con los términos métricos que usa, documentados con sus textos ensayísticos. 3º: Medir y agrupar todos los versos de Extravagante Jerarquía |(Poesía 1961-1981) según el metro y ordenados por su esquema acentual a partir de la posición de la primera sílaba tónica. Con autorización expresa del autor, se transcribe el libro íntegro con los esquemas estróficos, transcripción que se aporta como último capítulo. 4º: Examinar y caracterizar endecasílabos acentuados en cuarta y sexta sílabas, dado que tales posiciones posibilitan la combinatoria con pentasílabos, heptasílabos y alejandrinos, así como algunos que se desvían de esta pauta. 5º: Agrupar ordenadamente las estrofas de Extravagante Jerarquía. 6º: Aportar documentos pertinentes que certifican la actitud del poeta. 7º: Nuestras conclusiones aparecen reforzadas con la referencia a estudiosos que corroboran la función estética de la Métrica en Carvajal. 8º: Hemos organizado la Bibliografía en apartados en pro de su funcionalidad. Por último señalamos lo que tal vez debiéramos haber situado como nota previa: Poeta antes que profesor, Antonio Carvajal es, a la vez, sujeto paciente y sujeto agente en este nuestro dominio: paciente, porque parte de su obra poética es la materia de nuestro trabajo y agente porque sus enseñanzas son herramientas que usamos con una prodigalidad que quisiera ser un pálido reflejo de la suya. Lo diremos con claras palabras de nuestro profesor Antonio Chicharro, “con toda la generosidad de un maestro que [nos abrió] un horizonte amplísimo de poesía y vida.” Por ello debemos reiterar que el profesor Carvajal nunca aludió en sus clases a sí mismo como poeta, pues le parecía “inmoral medrar a costa de lectores cautivos”. Se presenta el trabajo dividido en secciones integradas a su vez por capítulos. Realizamos un bosquejo de la figura del poeta y un análisis de diversos comentarios sobre aspectos métricos en su obra teórica y poética para concluir examinando su actitud ante la métrica. En este primer capítulo se recogen las opiniones de quienes se han ocupado de los aspectos teóricos que Carvajal plantea tanto en su tesis doctoral, De métrica expresiva frente a métrica mecánica (Ensayo de aplicación de la teorías de Miguel Agustín Príncipe) como en Metáfora de las huellas/ Estudios de métrica, centrándonos exclusivamente en lo que concierne a Extravagante Jerarquía. A pesar de que en su tesis reitera que unas son las ideas de Príncipe y otras las suyas, algún comentarista atribuye a nuestro autor el concepto de duración silábica que no es suyo, o unos afanes de innovación que Carvajal no exhibe; antes al contrario, repite que en métrica está casi todo inventado y casi todo lo inventado está a su vez por descubrir. Lo que sí queda claro por parte de los comentaristas es que el poeta imprime a las formas que llama heredadas un dinamismo nuevo y revitalizador, como sabia y bellamente expone el profesor Martínez Fernández. Centrarnos exclusivamente en Extravagante Jerarquía y en los aspectos métricos ha sido un ejercicio muy duro, nos ha exigido una férrea disciplina para no incurrir en la obra posterior, con detalles tan llamativos como un endecasílabo de diez acentos o la invención de estrofas como variaciones del esquema de la sextina, máxime cuando las mejores aportaciones sobre la métrica de nuestro poeta parten de la obra posterior a 1990. Hemos tenido, en cambio, la gratificante sensación de que en el terreno explorado Carvajal ha conseguido un puesto relevante por el respeto general que se percibe en las opiniones de nuestros más prestigiosos especialistas en Métrica. Aún así, Carvajal es su crítico más duro. Su exigencia de rigor queda patente en la carta a su amigo Manuel Cobos que nos ha permitido reproducir en el apéndice. Quizá sea excesivo calificar de falsa su tesis. Pero la comprobación de que tanto Príncipe como Navarro Tomás y como él mismo habían tenido ante los ojos textos que desmentían las tesis de los maestros de que los ritmos del verso español son el trocaico y el dactílico o el mixto de ambos, cuando hay ejemplos tan ilustres y evidentes de que el yámbico y el anapéstico, sus inversos, son igualmente fértiles y perceptibles, asegurado el compás uniforme por los mismos periodos de enlace en que Príncipe y Navarro sustentan la progresión y mantenimiento del ritmo, decimos que tal comprobación hecha por puro azar y a posteriori, pide un reajuste de la tesis pero no la invalida, como nos parece que resulta patente de cuanto exponemos desde la página 88 hasta la página 100, bajo el epígrafe “La actitud del poeta ante la métrica. Valoración y discusión de las teorías “heredadas” de Miguel Agustín Príncipe, Ricardo Jaimes Freyre y Tomás Navarro Tomás”. Lo que Carvajal parece reprocharse es no haber aplicado el oído, requisito que Príncipe tampoco aplicó a pesar de considerarlo guía infalible para el versificador. Si no lo aplicó en ese aspecto, fino lo tiene cuando en las reglas de eufonía del verso dice que entre dos tónicas debe haber una sílaba átona o un silencio, porque ese silencio, deducimos de acuerdo con el profesor Márquez Guerrero, es el que posibilita la eufonía de los endecasílabos acentuados en las sílabas 6ª y 7ª, desterrando la calificación de antirrítmico para el acento de 7ª. Estos aspectos se dilucidan progresivamente en el capítulo LA PRÁCTICA POÉTICA DE ANTONIO CARVAJAL, que se inicia con una disertación sobre el calificativo de “il miglior fabbro” que se aplica al poeta desde la publicación de Casi una fantasía por Fernando Ortiz y consagra Ignacio Prat en sus reseñas de Servidumbre de paso. Recogemos las palabras de Carvajal señalando que “podemos tomar el endecasílabo como vara de medir poetas, y valorarlos según sean capaces o no de prestarle sonido nuevo, el tono o toque personal que José Hierro reclama para reconocer la voz del poeta auténtico”, frase que nos ha servido de guía en el análisis de sus propios versos. Tras un breve apunte sobre lo que llamamos el semillero métrico, es decir, las reflexiones sobre métrica y poética que Carvajal parece sembrar al voleo, procedemos a ordenar el vocabulario métrico usado en este trabajo a partir de las precisiones y notas que nuestro profesor hizo de algunos términos, para adentrarnos ya en los modelos de verso según la disposición de los acentos y según las cesuras, lo que nos obliga a considerar las licencias métricas que el poeta se permite antes de enunciar y explicar las pautas para la escansión silábica y su aplicación a Extravagante Jerarquía y a detenernos en un poema escrito con norma desviada: “A la Poesía”, para, una vez recogidas las reglas métricas para la eufonía del verso, considerar la cesura como pauta de clasificación, establecer los procedimientos para el jalonamiento del verso y considerar las cesuras de posición cierta y la incidencia de la cesura en general en la composición de los versos. Las páginas que versan sobre la combinatoria del endecasílabo, así como las referidas al análisis de las cesuras, se nos manifiestan pocas e insatisfactorias. Así que no hemos podido detenernos en cuestiones tan interesantes como la omisión de la palabra “alma” en los tres primeros libros del poeta, detectada como consecuencia del rastreo de dialefas, el escaso uso del mismo modelo de endecasílabo continuado en un mismo poema y cómo, cuando esa reiteración continuada se produce, suele ser con fines enfáticos o patéticos; de cómo la esticomitia, es decir, la coincidencia de segmento sintáctico pleno y verso suele producirse en momentos de placidez o de reflexión morosa, en tanto que el encabalgamiento, estudiado en nuestro poeta por el profesor Martínez Fernández, acompaña los movimientos del ánimo sea en un fluir armonioso, sea en las cascadas de las agitaciones del ánimo. Una ojeada a los esquemas de heptasílabos y endecasílabos nos muestra la coincidencia de ambos metros no sólo en la acentuación sino en los jalonamientos por cesuras; esta coincidencia se puede extender al pentasílabo, donde se da un predominio de los acentos en 1ª y 4ª, característica del llamado verso adónico, acentuación presente no sólo en la primera rama de muchos endecasílabos (especialmente los sáficos y los horacianos, de acuerdo con la propuesta terminológica del profesor Márquez Guerrero) sino en la segunda rama de los endecasílabos con dominantes en 6ª, 7ª y 10ª; es más, en la oda “A la poesía”, manifiestamente escrita con desvío de la norma, el pie adónico se reconoce y, aun en una ejecución como prosa, se percibe que puntea el texto como elemento rítmico, aspectos que desmienten la afirmación de la profesora Utrera Torremocha cuando afirma que la base del verso libre de Carvajal es el endecasílabo; en realidad, sus apoyos rítmicos, desde la primera muestra de verso libre, el poema “Clima” de Tigres en el jardín, hasta las “Páginas incompletas de mi historia social” de Siesta en el mirador, son el heptasílabo y el pentasílabo, metros combinados al modo de pies de seguidilla con los que construye un sexteto de Casi una fantasía. La enorme cantidad de versos sin esticomitia, lo que implica encabalgamientos, la complejidad sintáctica y los hipérbatos pueden explicar la “sensación de clasicismo que produce la obra de Carvajal”, en expresión de la profesora Barroso, reforzada por el profesor Márquez Guerrero al señalar que hay en nuestro poeta una “compulsión clásica”, compulsión alimentada por sus tres grandes modelos, Garcilaso, Fray Luis de León y Góngora, con el fondo de Virgilio y Horacio, autores cuyas citas y alusiones salpican constantemente la obra carvajaliana. Todo esto nos lleva a las conclusiones con que cerramos la parte expositiva de nuestro trabajo y que, en esta exposición reservamos para el final. En cuanto a la SECCIÓN SEGUNDA, constituida por la transcripción de Extravagante Jerarquía con indicación de metro y rima junto a los poemas, la recapitulación de las estrofas usadas y el índice de versos ordenados por medidas y acentos, consideramos que basta con mirar los esquemas para comprender la gama amplísima de metros y combinaciones que el poeta emplea en sus seis primeros libros e igualmente nos parece que con este trabajo de campo ahorramos a otros posibles investigadores una tarea minuciosa y no siempre grata. Para la elaboración de la BIBLIOGRAFÍA hemos partido del impagable trabajo del profesor José Manuel Fuentes, reducido para ajustarlo a nuestras necesidades concretas, y actualizado a partir de 2012, fecha de las últimas entradas del referido trabajo. La BIBLIOGRAFÍA GENERAL nos hemos atenido a las pautas marcadas por el propio poeta de que no adujéramos libros que no se ajustaran al tema o que nos constara que no le han influido o, claramente, desconoce. Por último, se anexan DOCUMENTOS DEL ARCHIVO del poeta, unos propios, como el Discurso en Pistoia y su versión de un poema de Leopardi, una curiosa muestra de correspondencia literaria que nos parece que deja traslucir muy bien sus calidades docentes, y además, sendos trabajos de José Mercado y de José Antonio González Núñez que nos parece que ilustran la recepción y difusión de la obra estudiada. En nuestras CONCLUSIONES hemos querido subrayar los siguientes aspectos: 1º) Carvajal es el único poeta de su generación que ha teorizado sobre Métrica, más allá de la consideración de aspectos particulares, (Moreno Pedrosa) 2º) aporta conceptos originales que otros tratadistas han aceptado y han difundido incorporándolos a sus obras tales como la rima en caída y el cabo doblado (Domínguez Caparrós) y los acentos conjuntos eurítmicos, (Márquez Guerrero) 3º) sus estudios matizan aspectos teóricos importantes de la métrica del verso cuantitativo-musical, (Pamies Beltrán) 4º) la técnica del verso está en Carvajal en función de su poética, de la que es inseparable, (Domínguez Caparrós, Chicharro Chamorro) 5º) su obra se caracteriza por la renovación de formas poéticas, (Martínez Fernández y otros) 6º) las necesidades expresivas justifican el aporte de arcaísmos, neologismos y vulgarismos y algunas aportaciones suyas se anticipan y coinciden con tendencias rupturistas actuales, como en el caso del rap (Martínez Cantón). 7º) Es dificilísimo establecer la cronología de los poemas en Carvajal, porque los incorpora a sus libros no por orden de escritura sino por exigencias estéticas y comunicativas. 8º) Extravagante jerarquía muestra la indisoluble unión de teoría y práctica en su autor: vida, teoría y poesía muestran un proceso evolutivo donde no caben separaciones por etapas (Chicharro, Martínez Fernández, Pulido Tirado, etc.) 9º) En su vida, de la que es emanación su obra, son indisolubles ética y estética. (Chicharro) 10º) Antonio Carvajal es il miglior fabbro de la poesía española contemporánea, lo que implica que pertenece a la extravagante jerarquía de los grandes poetas innovadores y soporta la equiparación con sus modelos.