Indicadores de buenas prácticas en Educación Intergeneracional

  1. Rodríguez García, Alejandro
  2. García Sánchez, Jesús Nicasio
  3. Pacheco Sanz, Deilis Ivonne
Libro:
Psicología y educación: presente y futuro
  1. Castejón Costa, Juan Luis (coord.)

Editorial: [Madrid] : Asociación Científica de Psicología y Educación (ACIPE), 2016

ISBN: 978-84-608-8714-0

Año de publicación: 2016

Páginas: 648-655

Congreso: Congreso Internacional de Psicología y Educación (8. 2016. Alicante)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La Educación Intergeneracional se ha constituido a lo largo de las últimas décadas en la mejor opción a la hora de facilitar la necesidad de comunicación, cooperación y formación entre generaciones, surgida a raíz de los cambios demográficos que se están produciendo en todo el mundo, especialmente en los países desarrollados. Cada día son más los profesionales e investigadores del campo de trabajo intergeneracional que demandan un mayor rigor en el desarrollo y puesta en práctica de las intervenciones de este ámbito. Tanto es así, que con el objetivo de diseñar futuros programas que se adecuen a estas características y necesidades, se contrastó la eficacia y eficiencia empíricas de un total de 50 estudios de este tipo en un reciente trabajo de revisión. Ni las diferencias entre las características de las muestras, los sesgos detectados en el diseño de los diferentes estudios, o la modalidad de intervención empleada en los mismos parecen influir en el éxito y rigor científico de estos. En cambio, se ha probado como un mayor cumplimiento de indicadores basados empíricamente tales como la generalización de los resultados, el entrenamiento de los instructores, el seguimiento, el protocolo de intervención, o el registro de sesiones; así como las variables de foco o dimensión de calidad de vida trabajada y el trastorno de los participantes, determinan la eficacia de las intervenciones. Se examinan las implicaciones de estos hallazgos, confirmándose la necesidad de aumentar el nivel de exigencia en cuanto al cumplimiento de los indicadores basados empíricamente (IBE); así como la disposición, en base a la escasez de estudios encontrados para la modalidad combinada de intervención, de implementar programas de carácter virtual que garanticen la eficiencia de las actuaciones.