La primera narrativa de Alejo Carpentier

  1. Cañete Ochoa, Jesús
Dirigida por:
  1. Antonio Fernández Ferrer Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 03 de julio de 2015

Tribunal:
  1. Fernando Rodríguez de la Flor Adánez Presidente/a
  2. Maya García de Vinuesa de la Concha Secretario/a
  3. Eloy Martín Corrales Vocal
  4. Marta Sofía López Rodríguez Vocal
  5. José E. Sola Castaño Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 120354 DIALNET

Resumen

En "La primera narrativa de Alejo Carpentier" se hace un estudio de los comienzos literarios del escritor cubano Alejo Carpentier (1904-1980), fundamentalmente de su primera novela Ecué-Yamba-Ó (Editorial España, Madrid, 1933), al tiempo que se analizan los contextos cultural, político y social en que se desarrolla. Carpentier convierte al negro cubano en protagonista de su primera narrativa en donde expone el conflicto de la incorporación de las supervivencias culturales de origen africano al discurso de la modernidad cubana. El negrismo, movimiento cultural que llega de Europa a Cuba a principios de los años veinte del siglo XX, va a despertar el interés por el tema negro en una nueva generación de creadores de la vanguardia cubana reunidos en el Grupo Minorista. La fascinación por el folclore del negro surge de forma fulgurante y muy pronto se transforma en la moda de lo afrocubano. La fiebre afrocubana, que duró poco más de una década, dejó valiosos frutos en la creación poética (Nicolás Guillén) pero solo proporcionó un conocimiento superficial del entramado cultural que la prolongada trata esclavista africana y el posterior intercambio entre estas poblaciones había dejado en Cuba. Sin embargo, lo afrocubano sí fue un punto de partida para el descubrimiento de las aportaciones negras a la cultura cubana. Como parte de este movimiento, Alejo Carpentier se impone el reto de escribir la novela del negro cubano. La salida de Cuba de Alejo Carpentier en 1928 y su llegada a París de la mano de Robert Desnos, uno de los poetas más prestigiosos del surrealismo, puso su primera ficción bajo la órbita estética de este movimiento de vanguardia. El interés que había en las vanguardias por lo primitivo y exótico le llevó a Carpentier a escribir sobre el folclore negro cubano. Aunque Carpentier quiso que su novela tuviera un valor etnográfico, lo que explica su esfuerzo por enfatizar su aspecto más verídico de su novela (incluyendo ilustraciones alusivas al tema y un glosario de voces propias) y que en el posterior rechazo salvara los capítulos dedicados a los rituales afrocubanos, no logró su empeño. Su fracaso se debe a que buena parte de la documentación empleada para la redacción de su novela procedía de informaciones proporcionadas por una rudimentaria antropología (deudora de decimonónicas técnicas criminológicas) que trataba al negro como un criminal y despreciaba el conocimiento de su complejo cultural y religioso. Sin embargo, a pesar de las imperfecciones y carencias etnográficas, Carpentier otorga a la historia literaria de Cuba, y de la lengua española, una ficción que, por vez primera, le da la voz a un negro humilde que caracteriza como practicante de diferentes creencias de origen africano y miembro de una fraternidad ñáñiga, organización que había sido perseguida obsesivamente por el poder político. Que Alejo Carpentier eligiera contar la vida de un negro cubano (desde su nacimiento en el campo cubano hasta el fallecimiento trágico en la ciudad), que construyera su narración con una estructura de cortos capítulos y un lenguaje que combina las imágenes más vanguardistas con diálogos en donde se le escucha la jerga del negro cubano, que siembre de referencias musicales esta historia en la que los aspectos rituales adquieren un papel fundamental, permiten considerar plenamente logrado el objetivo que Alejo Carpentier se había propuesto inicialmente: escribir la primera novela moderna de Cuba.