Desarrollo de las paredes y evolución y destino del mesénquima en el oído medio de embriones y fetos humanos

  1. GAÑET BENAVENTE, ROSA ELENA
Dirigida por:
  1. Jaime Whyte Orozco Director/a
  2. José Francisco Gañet Solé Codirector/a
  3. Ana Torres del Puerto Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 22 de enero de 2010

Tribunal:
  1. Arturo Vera Gil Presidente/a
  2. Héctor Vallés Varela Secretario/a
  3. Pilar Díaz Herrera Vocal
  4. Miguel Ángel Crovetto de la Torre Vocal
  5. José María Villar Lacilla Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 284919 DIALNET

Resumen

Hemos estudiado el desarrollo de las paredes de la caja del tímpano y la evolución del mesénquima en embriones y fetos humanos. Para ello se han estudiado 45 series embriológicas humanas de edades comprendidas entre los 32 días (6 mm) y recién nacidos. Una vez realizadas las mediciones para datar cronológicamente los embriones y fetos, se llevó a cabo una minuciosa y cuidadosa disección de los temporales en bloque; posteriormente fueron fijados en formol al 10 %, descalcificados con ácido nítrico al 2%, deshidratados en alcoholes a concentraciones progresivamente crecientes, incluidos en parafina, cortados en serie a 7 µm., y teñidos con la técnica Tricrómico de Martins. La cavidad timpánica se origina por medio de una evaginación de la primera bolsa faríngea, que se expande para invadir el mesénquima circundante. El receso timpánico origina en primer lugar el hipotímpano a las 10 semanas, el mesotímpano a las 26 semanas y por último el ático a las 30 semanas. Se ha observado la formación y osificación de cada una de las paredes de la caja del tímpano, atendiendo a su localización y cronología específica. La pared superior queda completamente formada a las 17 semanas, a partir de dos prolongaciones, procedentes de la escama del temporal y de la cápsula ótica, que se fusionan en la sutura petro-escamosa. La pared inferior crece desde una prolongación de la cápsula ótica y desde el hueso timpanal, separados ambos procesos por la sutura petro-timpánica. La pared externa, membrana del tímpano, totalmente independizada en la semana 21, se desarrolla a través de tres capas: externa, procedente del tapón meatal, interna que se forma desde el receso tubotimpánico, y media, constituida por mesénquima introducido entre ellos. En la parte superior de la pared interna, el conducto semicircular externo deja una pequeña eminencia lisa, que procede de la cápsula ótica y se osifica por medio de tras capas hasta presentar una consistencia compacta a las 35 semanas. El cierre completo del acueducto de Falopio a nivel de la pared interna se ha observado a partir de las 32 semanas del desarrollo. En la zona de la pirámide, el tabique óseo de separación entre el nervio facial y el músculo del estribo es muy estrecho y aparece a partir de las 35 semanas. La ventana redonda queda formada a través de dos prolongaciones sobre las 24 semanas de desarrollo. La osificación de la ventana oval no se completa hasta después del nacimiento. En la pared anterior se forman los conductos óseos de la arteria carótida interna (a partir de las 20 semanas y hasta la semana 30), del músculo del martillo (entre la 31 y 36 semanas de desarrollo) y el tabique óseo entre el conducto carotídeo y la trompa de Eustaquio (completado a las 31 semanas). La remodelación y erosión consecutivas en la zona de unión de la pared superior y posterior crean el orificio de entrada al antro mastoideo, aditus ad antrum, ocupado hasta el final del periodo fetal por tejido mesenquimatoso. A lo largo del todo el desarrollo hemos presenciado en todas las paredes la existencia de contactos mesénquima-médula, con papel funcional en la fagocitosis de los restos mesenquimales. En cuanto al mesénquima que ocupa la cavidad timpánica en formación, se observa el aspecto que presenta durante las distintas etapas del desarrollo (desde un tejido compacto hasta uno laxo y reticulado), los distintos patrones de regresión según localización y los mecanismos de desaparición del mismo (regresión, reabsorción y muerte celular programada). En último lugar se detallan las zonas de persistencia del mesénquima en el recién nacido, sobretodo en aditus ad antrum, ático, antro, paredes inferior e interna, alrededores de ventanas oval y redonda y alrededor de los osículos