Determinantes nutricionales de la capacidad física, la función cognitiva y el sueño

  1. ARIAS FERNANDEZ, LUCIA
Dirigida por:
  1. Alberto Lana Pérez Director/a
  2. Esther López García Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 17 de diciembre de 2019

Tribunal:
  1. Adonina Tardón García Presidente/a
  2. Ana Fernández Somoano Secretario/a
  3. Vicente Martín Sánchez Vocal
  4. Jesús Vioque López Vocal
  5. Tania Fernández Villa Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 610739 DIALNET

Resumen

Introducción: El actual ritmo de envejecimiento poblacional es un fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad. El mantenimiento de la función física y cognitiva, y más recientemente de la calidad del sueño, constituyen importantes factores que contribuyen al envejecimiento saludable. Se sabe que la dieta desempeña un papel crucial en el proceso de envejecimiento. No obstante, dada la enorme complejidad del análisis de la dieta y la gran cantidad de indicadores de envejecimiento, aún existen numerosos vacíos de conocimiento. El objetivo general de esta tesis doctoral fue explorar la asociación de un grupo seleccionado de alimentos y nutrientes sobre la función física y cognitiva, y el patrón de sueño en adultos mayores no institucionalizados. En concreto se exploraron las siguientes asociaciones): 1) Ingesta de ácidos grasos y función física; 2) Consumo de frutos secos y función física; 3) Consumo de frutos secos y función cognitiva; 4) Consumo de carne y patrones del sueño. Metodología: La presente tesis doctoral se realizó por compendio de publicaciones, de acuerdo a la normativa de la Universidad de Oviedo (Acuerdo del 20 de Julio de 2018 del Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo por el que se aprueba el Reglamento de los Estudios de Doctorado). Se incluyeron cuatro trabajos de investigación. Tres de ellos, constituyeron estudios prospectivos realizados sobre una muestra de adultos mayores de España perteneciente a la cohorte Seniors-ENRICA. La información sobre la dieta se recogió mediante historia dietética completa informatizada. Tras una media de 5 años de seguimiento, se realizaron pruebas objetivas y se recogió información relativa a la incidencia de disfunción física y los patrones de sueño. El cuarto trabajo consistió en una revisión sistemática de la literatura disponible sobre la asociación entre el consumo de frutos secos y la función cognitiva, cuyo análisis se llevó a cabo por dos investigadores independientes, que seleccionaron artículos publicados en las principales bases de datos. Resultados: 1) El consumo de ácidos grasos saturados se asoció a un mayor riesgo de deterioro de la función física de los miembros inferiores (hazard ratio, HR: 1,15; intervalo de confianza, IC, al 95%: 1,05-2,01; p-tendencia=0,02). Los ácidos grasos monoinsaturados se asociaron a un mayor riesgo de debilidad muscular (HR: 0,75; IC95%: 0,54-0,99; p-tendencia=0.04). La ingesta de ácidos grasos poliinsaturados se asoció con un menor riesgo tanto de deterioro de la función física de los miembros inferiores (HR: 0,70; IC95%: 0,52-0,95; p-tendencia= 0,02) como de debilidad muscular (HR: 0,49; IC95%: 0,39-0,68; p-tendencia<0,001). 2) El consumo de ≥11,5 g/d de frutos secos se asoció con un menor riesgo de deterioro de la agilidad (HR: 0,59; IC95%: 0,39-0,90; p-tendencia=0,01) y movilidad (HR: 0,50; IC95%: 0,29-0,90; p-tendencia=0,02) en hombres. En las mujeres, el consumo ≥11,5 g/d de frutos secos se asoció con un menor riesgo de la función física global (HR: 0,65; IC95%: 0,48-0,87; p-tendencia=0,004). 3) En relación a la revisión sistemática, la evidencia procedente de los estudios transversales y de cohortes resultó controvertida, dada la disparidad de resultados y el elevado riesgo de sesgo. No obstante, en los estudios experimentales, cuya calidad se consideró aceptable, se observó un efecto protector del consumo de frutos secos sobre algunas dimensiones de la función cognitiva. 4) El elevado consumo de carne (≥128 g/d) se asoció a una mayor reducción del sueño nocturno (≥2 horas) (OR: 1,93; IC95%: 1,01-3,72; p-tendencia=0,04). La elevada ingesta de carne también se asoció con una mayor incidencia de ronquidos (OR: 2,06; IC95%: 1,17-3,60; p-tendencia=0,01) y pobre calidad del sueño (OR: 1,71; IC95%: 1,04-2,82; p-tendencia=0,03). Conclusiones: Existe una asociación entre varios nutrientes y alimentos (i.e. ácidos grasos, frutos secos y carne) y la presencia de discapacidad en los adultos mayores, medida en términos de capacidad funcional y cognitiva, así como de duración y calidad del sueño