La arquitectura militar privada bajomedieval en las Encartaciones (Bizkaia)Las torres

  1. González Cembellín, Juan Manuel
Zuzendaria:
  1. José Ángel Barrio Loza Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Deusto

Fecha de defensa: 2004(e)ko otsaila-(a)k 18

Epaimahaia:
  1. Julio Valdeón Baruque Presidentea
  2. Luis Alberto Monreal Jimeno Idazkaria
  3. José Avelino Gutiérrez González Kidea
  4. José Luis Avello Álvarez Kidea
  5. Luis Miguel Villar García Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 106043 DIALNET

Laburpena

Como en el resto de Europa Occidental, durante los siglos XIV y XV el Señorío de Bizkaia se vió afectado por una dura crisis económica. Y como en otros lugares, la nobleza reaccionó con violencia frente a la caida de sus recursos. Las familias hidalgas, los linajes, se enfrentaron entre sí, lucharon por arrebatarse sus respectivas fuentes de poder y de riqueza. La coincidencia de intereses entre diversos linajes acabó por agruparlos en gandos que, finalmente, se resumieron en dos: el oñacino y el gamboíno. Lógicamente, los linajes se vieron en la necesidad de construirse unas mansiones de fortificadas: las torres. Por lo general estas torres se asentaban cerca de los caminos, a fin de poder controlar el tránsito de hombres y mercancías. En contra de una arraigada teoría, sólo excepcionalmente estaban acompañadas de instalaciones hidráulicas (molinos, ferrerías) o de templos propios. También fueron abundantes las torres urbanas, aunque en este caso es probable que fueran construcciones de carácter palacial más que verdaderamente castrense. Sus funicones primordiales eran la militar y la residencial -eran la casa del pariente mayor o lider del linaje. Pero también actuaban como centro de una explotación económica y de un señorío efectivo. Y eran el símbolo del poder del linaje. Las torres más primitivas seran muy elementales; planta cuadrangular, muros gruesos, volumen vertical muy hermético, acceso alto al que se llegaba mediante una escalera de mano, dos alturas, remate almenado, y en ocasiones defensas exteriores como cercas, barreras e incluso cavas. Podían contar con edificios anexos, residenciales o de servicio, construidos probablemente en madera. Pero desde fines del siglo XV, coincidiendo con el fin de las guerras de bandos, y hasta fines del primer tercio del siglo XVI las torres evolucionaron desde aquel modelo de carácter predominantemente castrense a otros con un mayor peso específico de l