Nuevas aplicaciones de la ecografía en cuidados intensivos neonatales y pediátricos

Resumen

La ecografía es una prueba de imagen ampliamente empleada en el campo de la medicina. Debido a su potencial beneficio por la ausencia de emisión de radiaciones, su portabilidad y su carácter dinámico ha adquirido en los últimos años más importancia en el manejo del cuidado del paciente crítico. En la medicina del adulto cada vez son más las aplicaciones de la ecografía como herramienta diagnóstica y terapéutica, pero en el manejo del niño crítico la experiencia al respecto no es tan amplia. Por este motivo parece interesante poner de manifiesto el beneficio de la ecografía en diferentes aspectos o situaciones en el niño y neonato. 1) La intubación endotraqueal es una técnica frecuente realizada en aquellos pacientes con compromiso de la vía aérea, que no está exenta de potenciales complicaciones importantes. Aunque existen diversos métodos de confirmación, ninguno tiene una fiabilidad del 100%. La ecografía podría emplearse como método alternativo tanto en la comprobación de la intubación urgente, así como en la confirmación de la posición adecuada del tubo endotraqueal. 2) Otra técnica ampliamente realizada en el paciente crítico es la canalización de vasos centrales (CVC) que también asocia importantes complicaciones. En adultos el uso de la ecografía como herramienta en la CVC parece ya una realidad, e incluso existen recomendaciones al respecto, pues disminuye el riesgo y las complicaciones durante la técnica. En cuanto a la medicina intensiva pediátrica cada vez son más los grupos de trabajo que ponen en conocimiento la utilidad de la ecografía durante la canalización. En relación a la adecuada posición del CVC no existe una recomendación acerca de la ecografía como método confirmatorio, empleándose casi de forma sistemática la radiografía como método de confirmación. Debido al potencial beneficio de la ecografía ya no solo como guía en la canalización sino también como método de comprobación de la adecuada posición del catéter venoso central creemos que sería interesante poner de manifiesto sus potenciales beneficios comparándola con los estándares establecidos. 3) La punción lumbar es una técnica frecuentemente realizada en las unidades neonatales en pacientes con sospecha de sepsis o en el estudio de infecciones congénitas entre otros. Es una de las técnicas con más porcentaje de error dentro de las técnicas neonatales debido en parte al pequeño tamaño de la zona de realización de la misma. Esto puede explicar el alto porcentaje de punciones fallidas y hemorrágicas, que suponen en algunas series hasta el 50%. No existen recomendaciones estandarizadas de cómo realizar la técnica. Ante estos hallazgos parece interesante estudiar como la posición del paciente y la edad gestacional influyen en la anatomía lumbar o la técnica de inserción de la aguja e intentar establecer unas recomendaciones para una técnica exitosa. En este trabajo realizado en base a compendio de publicaciones se presenta 3 artículos en los que se ha demostrado la utilidad de la ecografía en los 3 campos anteriomente comentados. En un primer artículo se compara la utilidad de la ecografía en el manejo de la vía aérea en neonatos y niños demostrando su utilidad para comprobar la intubación orotraqueal comparando con métodos más estandarizados como la capnografía y la radiografía de tórax. En un segundo artículo se presenta la utilidad de la ecografía en el paciente crítico para la comprobación de la adecuada posición de catéteres venosos centrales, comparando en este caso con la técnica más empleada hasta el momento para ello la radiografía. Se presentan las potenciales ventajas de la ecografía en este ámbito. En tercer lugar se presenta un artículo en el que a través de la ecografía se han descrito los cambios anatómicos a nivel lumbar que se derivan de la posición del paciente para la realización de dicha técnica. Gracias a este estudio parece que la mejor posición para la realizaciónd de la punción lumbar en neonatos es sentado con flexión de cadera, introduciendo la aguja con un ángulo próximo a 70º y con una profundidad calculada mediante un ecuación derivada de este trabajo conociendo simplemente el peso del paciente.