La formación profesional en Españahacia un sistema dual

  1. MORALES ESCUDERO, MANUEL ANGEL
Supervised by:
  1. María Purificación García Miguélez Director
  2. Javier Fernández-Costales Muñiz Director
  3. José Gustavo Quirós Hidalgo Director

Defence university: Universidad de León

Fecha de defensa: 28 January 2016

Committee:
  1. Susana Rodríguez Escanciano Chair
  2. Rodrigo Martín Jiménez Secretary
  3. Ignacio González del Rey Rodríguez Committee member

Type: Thesis

Abstract

Hay varios modelos de FP en Europa en los que España puede mirarse y compararse. En todos ellos, late una experiencia común: la institución del aprendizaje, de orígenes medievales, profundamente arraigada en la cultura educativa y laboral europea. Ese pulso común es lo que permite y permitirá avanzar en los procesos de convergencia en las políticas educativas europeas, sin olvidarse, eso sí, de las aportaciones que las singularidades de cada país han realizado a la FP. Hablamos de dos grandes categorías en la FP europea: una que combina formación técnica y práctica profesional con formación humanística propia de los países del sur de Europa, Francia y algunos centroeuropeos y otra categoría en la que la mayor carga lectiva estaría en las materias técnicas y en la práctica profesional. El modelo alemán es común a otros países denominados germanófilos, como Austria. En el mismo, se apuesta sin ambages por un modelo de alternancia o dual. Es el espejo en el que España se mira en estos momentos, no sin cierta admiración acrítica. Estos países, que siguen el modelo alemán, tienen una amplia tradición profesionalizante, es decir, la mayoría de los jóvenes se decide a hacer estudios de FP. En este sistema, tienen un papel muy relevante la colaboración con los agentes sociales en materia de FP dual, colaboración que se materializa a través del Instituto Federal de FP. Se trata de un modelo que apuesta por la movilidad de los jóvenes estudiantes, acostumbrándolos para que en un futuro, la movilidad como trabajadores sea algo natural. . Otros países, como Finlandia, tienen ideas aprovechables e interesantes, como la evaluación y el control constante, con la colaboración de empresas de todos los sectores. La responsabilidad, el dar cuenta del dinero invertido en educación y formación es un principio ineludible que debe adoptarse en España. En todo caso, todas las medidas implantadas en otros países, sus buenas prácticas en materia de FP, pueden y deben servir de inspiración para el futuro del sistema español, pero siempre, eso sí, con las precauciones y cautelas debidas. La Estrategia de Lisboa sirve de inspiración a la hora de que España fije su propia Estrategia de Empleo. Las políticas activas de empleo españolas pivotan sobre varios conceptos clave. Se introduce la noción de capital humano, el fomento de la empleabilidad, la eficiencia y la calidad y de forma especial, el fomento de la cultura emprendedora y la protección del emprendedor. Se habla de Estrategia porque se configuran objetivos y se introduce una temporalización para conseguirlos. Estos objetivos, en su doble dimensión de globales y prioritarios marcan las diferentes acciones. En el apartado de formación se busca la formación en alternancia o dual junto con acciones en torno a la FP para el empleo y el reciclaje profesional. Estas acciones debieran de complementarse con programas de seguimiento para los alumnos implicados en procesos de formación dual. La formación profesional es entendida, en un concepto flexible como cualquier medio de enseñanza que contribuye a mejorar las posibilidades de empleo. Se trata de un concepto amplio que, en España, comprende la FP reglada y que incluye la formación en alternancia y la FP para el empleo.