Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre Ingestas Nutricionales de Referencia para la población española

  1. Carlos Alonso Calleja
  2. Montaña Cámara Hurtado
  3. Álvaro Daschner
  4. Pablo Fernández Escámez
  5. Carlos Manuel Franco Abuín
  6. Rosa María Giner Pons
  7. Elena González Fandos
  8. María José González Muñoz
  9. Esther López García
  10. Jordi Mañes Vinuesa
  11. Sonia Marín Sillué
  12. José Alfredo Martínez Hernández
  13. Francisco José Morales Navas
  14. Victoria Moreno Arribas
  15. María del Puy Portillo Baquedano
  16. Magdalena Rafecas Martínez
  17. David Rodríguez Lázaro
  18. Carmen Rubio Armendáriz
  19. María José Ruiz Leal
  20. Pau Talens Oliag
Revista:
Revista del Comité Científico de la AESAN

ISSN: 1885-6586

Año de publicación: 2019

Número: 29

Páginas: 43-68

Tipo: Artículo

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Resumen

Los niveles de ingestas nutricionales de referencia para una población permiten elaborar recomendaciones dietéticas que aseguren un aporte nutricional equilibrado para el mantenimiento del buen estado de salud, así como para el desarrollo de políticas nutricionales que permitan prevenir enfermedades carenciales y crónicas. En el caso de España, la última actualización disponible de las Ingestas Dietéticas de Referencia se llevó a cabo en el año 2010 por parte de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). A nivel europeo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado entre 2010 y 2017 valores dietéticos de referencia y otros países también han actualizado sus referencias nutricionales en los últimos 10 años. La estimación de nuevas ingestas nutricionales de referencia para la población española ha seguido una metodología que incluye la búsqueda de ingestas de referencia publicadas por organismos oficiales internacionales, la recopilación de los datos actualizados con posterioridad a 2010 y la armonización de las recomendaciones por intervalos de edad y sexo. Finalmente, para cada nutriente, vitamina o mineral, se han determinado los valores de ingestas nutricionales de referencia para población sana aplicando un algoritmo de toma de decisiones basado en el de la FESNAD. En el caso de macronutrientes y energía se asumen las establecidas por EFSA. El documento establece ingestas nutricionales de referencia para 15 minerales: calcio, cloro, cromo, cobre, flúor, fósforo , hierro, iodo, magnesio, manganeso, molibdeno, potasio, selenio, sodio y revista del comité científico nº 29 44 zinc y 13 vitaminas: vitamina A, vitamina B1 (tiamina), vitamina B2 (riboflavina), vitamina B3 (niacina), vitamina B5 (ácido pantoténico), vitamina B6 (piridoxina), vitamina B9 (equivalentes dietéticos de folato), vitamina B12 (cobalamina), biotina, vitamina C, vitamina D, vitamina E (α-tocoferol) y vitamina K. Estas ingestas nutricionales de referencia están basadas en datos de población sana, por lo que no cubren las demandas específicas de aquellos casos en los que existan necesidades fisiológicas alteradas y disfunciones metabólicas. La variación individual genética, antropométrica y fisiológica existente, así como la actividad física, sólo se tienen en cuenta de manera incompleta al estimar los requerimientos individuales de nutrientes. El uso de estos valores de referencia a nivel individual requiere la consideración de la existencia de factores externos e intrínsecos a la persona (características socioculturales, nutricionales, fisiológicas o incluso genéticas), así como la biodisponibilidad e interacción de los nutrientes, necesarios para la adaptación de los requerimientos personales. La implementación de estas recomendaciones nutricionales en la práctica diaria debe acompañarse de recomendaciones dietéticas, expresadas en términos de consumo de alimentos. Sin embargo, estas recomendaciones dietéticas deben tener en cuenta el cumplimiento de los requerimientos nutricionales, considerando los factores socioculturales específicos de la población. En síntesis, las ingestas nutricionales de referencia tienen diferentes aplicaciones y deben ser actualizadas cada cierto tiempo para su implementación en la valoración del estado nutricional de la población; para el desarrollo de políticas nutricionales y agrarias; para el diseño de guías alimentarias, así como el desarrollo de nuevos productos que tengan en cuenta las necesidades nutricionales de grupos de población específicos (niños, ancianos, lactantes, etc.). Otros desafíos en el horizonte consisten en considerar la posibilidad de incluir ingestas nutricionales de referencia para enfermos crónicos así como tratar los aspectos toxicológicos asociados a ingestas desproporcionadas de nutrientes.