Índice de distracción en el diagnóstico de la displasia de cadera en razas caninas autóctonas castellano-leonesasel Perdiguero de Burgos
- Melo Alonso, Beatriz
- José Manuel Gonzalo Orden Zuzendaria
- Mário Manuel Dinis Ginja Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de León
Fecha de defensa: 2011(e)ko azaroa-(a)k 21
- José Manuel Gonzalo Cordero Presidentea
- José Antonio Rodríguez-Altónaga Martínez Idazkaria
- Miguel Ángel Sánchez Valverde García Kidea
- Paula Alexandra Martins de Oliveira Kidea
- María Pilar Llorens Pena Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Siendo el Perdiguero de Burgos (PB) es una de las razas caninas autóctonas de Castilla y León más importantes, y no habiéndose llevado a cabo un control radiográfico de la laxitud articular pasiva (LPA) de la cadera en la misma; y considerando que la LPA es el primer factor de riesgo para el desarrollo de la displasia de cadera (DC), y habiéndose desarrollado técnicas diagnósticas clínicas y radiográficas para evaluarla, hemos considerado oportuno: En primer lugar, en 59 perros PB con una edad entre los 12 y los 108 meses valorar la DC según la FCI, resultando la prevalencia de esta enfermedad de un 60%. No se mostraron diferencias significativas en la prevalencia entre machos y hembras, ni entre cada lado de la cadera, utilizando la prueba de chicuadrado. En segundo lugar, examinar 68 PB con una edad entre los 4 y los 108 meses mediante la radiografía en distracción del método PennHIP, y calcular el índice de distracción (ID) para estimar la LPA. Teniendo en cuenta la peor articulación de cada animal, el ID mostró una distribución normal, con un rango de 0,08 a 0,99 (media ± desviación típica [DT], 0,49 ± 0,17, y mediana 0,50). Hemos comprobado que la media del ID en la cadera derecha y en la izquierda, y en hembras y machos fue igual usando la prueba T (P > 0,05), y que el coeficiente de correlación intraclase (CCI) usado para cuantificar la asociación entre las medidas de ambos lados de la cadera fue de 0,76. Por otra parte, realizar en 10 cachorros una radiografía en distracción cada mes desde los 3 hasta los 12 meses de edad, para calcular el ID a cada edad. Utilizando la prueba T y el CCI (P > 0,05) los resultados mostraron una diferencia significativa en la medida de los 3 meses, mientras que desde los 4 hasta los 12 meses todas las medidas son equivalentes. Por último, realizar una correlación de Pearson entre las medidas del ángulo de Norberg (AN) a los 4 y a los 12 meses, y entre el ID desde los 4 hasta los 12 meses y el AN a los 12 meses. Tanto el AN a los 4 meses como el ID desde los 4 a los 11 meses mostraron una gran correlación, aunque la del ID fue superior, en especial la de los 4 meses. La prevalencia de DC en nuestro estudio es muy elevada, así como la media y mediana de los ID, por lo que llamamos la atención de las asociaciones del PB y otras organizaciones. La DC tiene repercusiones directas en la función del animal, y un impacto económico y emocional en criadores y dueños, por lo que recomendamos la instauración de un programa de mejora y control radiográfico de las caderas, en el que tan sólo los perros con grados A, B o C según la FCI (60% de la población), deberían utilizarse como reproductores, y si se utiliza el ID como criterio de selección, sólo se deberían usar los animales con un ID menor de 0,52. Por razones obvias, un diagnóstico precoz de DC usando el ID tiene un gran interés para los criadores, puesto que es mejor retirar de la reproducción animales jóvenes que adultos